jueves, 17 de noviembre de 2011

ODIO LOS LUNES CAPITULO DOS PARTE DOS.


CAPITULO 2 PARTE 3.
El terror se apoderó de mí. Los golpes no cesaban, alguien quería entrar en casa. ¿Quién sería? Estaba escondida detrás del sofá cuando hoy una voz que decía: -Sandra, cariño, soy yo, rápido, ábreme, un vagabundo me estaba persiguiendo y he perdido las llaves.
Sara se levantó rápidamente y por si acaso, antes de abrir miró por la mirilla. Efectivamente era su madre. Sara abrió la puerta y su madre entró en casa. Cerraron la puerta rápidamente y le dieron las cuatro vueltas a la cerradura. Sara se fijó que a su madre le faltaba la respiración y estaba sudada, parecía haber corrido un largo camino.
-¡Mama cuéntame que ha pasado! Estoy muy asustada-
-Ha pasado todo muy rápido. Iba por la calle, y vi a un vagabundo sentado, pidiendo limosna, parecía mareado. Me acerqué para darle un poco de dinero, pero cuando le fui a tirar la moneda y, me agarró del brazo y creo que intentó morderme. Me alejé de él pero se levanto como pudo y empezó a seguirme corriendo detrás de mí, se tropezaba mucho y gracias a eso le saqué ventaja pero no paré de correr y en alguna parte del camino se me han debido de caer las llaves, menos mal que la puerta del patio estaba abierta. Si no llegas a estar en casa podría haber pasado algo.
Se oyó un disparo, después otro, y luego otro más. Los disparos pararon con la misma frecuencia que empezaron. Nos alarmamos y pusimos las noticias. En antena 3 salía el rey hablando, decía que un virus se había extendido por casi toda España, se transmitía por el aire,  que recomendaban evitar las zonas con demasiada gente. Decía que había pocas posibilidades de infectarse si te encontrabas solo o en un grupo reducido, ya que lo atraían los núcleos de gente. Pero que el mayor problema era que las gente que entra en contacto con el virus se vuelve agresiva y tienden a atacar a la gente. Había que tener cuidado porque el virus también se pasa por la sangre. Por último, dijo que no se había encontrado una cura para el virus, y que quizás no se encontrase en un largo tiempo y también avisó de que cualquier persona contagiada ya no era la misma persona que antes, que no intentáramos razonar con ellos, lo más sensato era derribarles golpeándoles la cabeza, aunque fuera un familiar querido, esa persona ya no se encontraba en su cuerpo.
El rey se despidió y abandonó la sala, pero la transmisión no se cortó, apareció en pantalla un mensaje que recomendaba a la gente ir a una zona segura, que se encontraba en medio de las ciudades principales de España, salió una lista de las ciudades en las que había zona segura, Valencia era una de ellas. El texto seguía diciendo que la gente que no pudiera llegar a una zona segura esperara en su casa, que un grupo de militares armados iría por cada pueblo buscando gente no contagiada. Pensaba que ahí acabaría la transmisión, pero apareció un último mensaje, este con letras rojas y en mayúscula, este decía así: CUALQUIER PERSONA QUE MUESTRÉ HOSTILIDAD O PAREZCA INFECTADA SERÁ DERRIBADA.
Mamá seguía sudando, solo dijo una frase:
Sandra, cariño, tenemos que irnos.                                                                          

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